Martes 21 de Diciembre... 2010
Ufff han pasado varios años ya. Cómo será de rutinario que se volvió esto de vivir solo que ya nunca más fue motivación para escribir aventuras que antes tan sorprendentes y nuevas hubiesen sonado.
Que decir... pasaron muchas cosas, muchas caras desde la última vez que escribí... pero cada una más fría y banal que la otra. No hubo dificultad... pero tampoco emoción... un nivel de adrenalina de vivir similar al experimentado al analizar a un caracol con distemper (si es que existen).
En fin, en este blog me propuse escribir corto y al grano así que a sintetizar se ha dicho y los maderos se llevaron hueso y no pan ni nada porque son muy feos.
Después de mucho tiempo de no sentir sorpresa ni interés profundo en nadie, apareció de la nada, con una historia intrincada, azarosa y poco creíble... una persona interesante y desafiante. Que la historia sea poco creíble no quiere decir que la haya rechazado... yo mismo soy poco creíble, así que por una cosa de complicidad y complementareidad... la acepté como absolutamente real; que mejor.
Cuando solía yo imaginar cómo sería una buena pareja para mí (si, puedo querer tener una aunque suene imbécil) imaginaba algo sorprendentemente similar a lo que encontré. Pero claro, no imaginaba algo como lo que describiré a continuación.
Pasaron los días y todo corría fantabulosamente bien. Pero llegó el punto decisivo, el punto de quiebre, el que todos esperamos con pánico al momento de conocer a una mujer... ¿que nivel de transformación tendrá en su PMM? (Período de Monstruo Mensual).
¿Qué nivel alcanzo?... ¡ABSOLUTO!
Hace muchísimo tiempo que alguien no era capaz de enviarme al carajo varias veces por día durante varios días seguidos. ¡Increíble!, nisiquiera fue un arrebato agresivo deteriora relaciones interpersonales... no... fue simplemente un ataque constante y sin tregua al punto de romper toda posible relación. Así de sanguinaria (que adecuada palabra).
Pero bueno, muy antiguamente, incluso antes del génesis de este pintoresco blog que nadie conoce y que nadie comprendería si conociese a su ridículo autor, solía estar efectivamente emparejado con alguien. Pero ufff... la cosa era muy distinta. En ese entonces hubiese vuelto e insistido por mantener la carcel cerradita.
Ahora no, ahora soy más centrado y realista... veamos, me dice que no quiere estar conmigo... ok, para que discutir. Alguien muy querido dice "Para bailar tango se necesitan dos"... lo mismo ocurre en las parejas; si ella no quiere, muy bien, hasta aquí nomas llegamos entonces.
La fórmula es simple: hay dos opciones...
1) Mina "Segura": Puede que sea de estas minas que creen que todo es seguro, que pueden enojarse, mandar al demonio al otro y esperar a que vuelva y todo siga ok. O en el peor de los casos, separarse un par de días para descansar y después volver como si nada. De ser este el caso... newsflash!: No estoy dispuesto a volver a ese jueguito. Si quiere andar así, llevando a patadas la relación, hasta aquí nomas llegamos. Será triste, pero a quien engaño, no será ni la primera ni la última vez que me embobe tan estúpidamente por una persona.
2) Mina Realista: Difíciles de encontrar, pero puede que sea de estas minas directas y precisas que dicen lo que piensan sin pensar en expresar nada interpretable. Simplemente es totalmente cierto y no quiere nada. Muy bien, aplicamos ley del tango y hasta aquí nomas llegamos.
En ambas la cosa termina según parece. Pero claro, en el Mágico Mundo de Bobby puede ser que en la primera la mina se pegue el alcachofazo y todo se arregle. Es una posibilidad... lejana pero una posibilidad, porque claro, hay una cosita llamada "ego" que nos prohíbe reconocer ese tipo de errores. Lamentable por ella porque se condena sola a estar bien solo con parejas enmarcadas dentro de algún tipo pusilánime, un tipo de "pareja hijo"... oh que curioso, así fue su última relación larga jajaja.
Fatídica predicción, pero bueno, re leyendo todo lo que he escrito, considero que probablemente no moriré. Solo agonizaré un tiempo, pero algo normal en la vida de cualquier hueón con mi súper suerte implacable (una mierda de suerte por cierto).
Agrego: He estado leyendo publicaciones (publicación requerirá público tal vez...) y había olvidado eso de limpiar el karma. Recuerdo las últimas historias aún sin publicar aquí (quizá nunca lo haga) y descubro burlezcamente que he estado haciendo todo lo contrario... he logrado llenar bien a tope otro estanque de karma... sin ir más lejos, dije prácticamente un "muchas gracias, te puedes ir" a la penúltima cara-historia... entiendo, nuevamente toca pagar.
Si pudiese elegir, no estaría seguro que opción sería mejor:
A) Cargar karma lentamente con el paso del tiempo y descargarlo brutal y horriblemente cada tanto, como ahora.
B) Mantener una carga descarga de eventos muy leves y equilibrados... logrando así relaciones medianamente estables, pero sin emoción alguna, ni buena ni mala.
Esto es una real mierda...
Cosas del rock.
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